Posted by on 29/09/2015

Pez cebra, (Danio rerio) Fotografía de Tohru Murakami con licencia Creative Commons

Pez cebra, (Danio rerio) Fotografía de Tohru Murakami con licencia Creative Commons

Si nos dicen que hay animales que pueden regenerar partes de su cuerpo por sí mismos, seguramente, lo primero que nos viene a la cabeza es una imagen de una lagartija desprendiéndose de su cola al sentirse en peligro.

Al esforzarnos un poco más, también podemos recordar que las estrellas de mar cuando pierden un brazo, con el tiempo, les vuelve a crecer otro. ¡Incluso hay estrellas que de un brazo pueden regenerar el organismo entero!

Pero hay muchos más animales que tienen capacidades similares. Por ejemplo, los conejos que pueden regenerar partes de sus lóbulos de las orejas, los murciélagos que pueden regenerar partes de sus alas, o los ratones espinosos que pueden regenerar su piel de la misma manera que lo hacen las salamandras. (1)

De modo que cuando se quiere investigar en regeneración de órganos, en el laboratorio se empieza por estudiar a los animales capaces de regenerar alguna parte de su cuerpo y que, a la vez, son fáciles de mantener en cautividad como es el caso del pez cebra o el ajolote. Estos son animales que tienen un proceso juvenil alargado y se aprovechan sus características para entender así los procesos implicados en la regeneración. (2)

El pez cebra se ha convertido en el organismo modelo idóneo para la experimentación en muchas de las principales áreas de investigación científica. (3) En el caso de la investigación en regeneración de tejidos y órganos tiene especial interés debido a su capacidad de regenerar el corazón.

Esta capacidad de regenerar el corazón no es más que un sueño para los mamíferos. Los corazones humanos no pueden emprender por sí solos estas transformaciones regenerativas. Cuando resulta dañado por un ataque al corazón, el tejido muscular cardíaco se cicatriza y es incapaz de contraerse. Sin embargo, antes de llegar a la insuficiencia cardíaca, las células musculares cardíacas dañadas de los mamíferos entran en un estado de auto preservación conocido como “hibernación”, en el que dejan de contraerse y se esfuerzan por sobrevivir. (4)

Algunos científicos sugieren que durante este período de “hibernación” las células del corazón de los mamíferos están intentando reproducirse y que lo que necesitarían tan solo es un pequeño “empujón” en la dirección correcta (4).

De modo que si se llegan a comprender todos los mecanismos implicados en la regeneración cardíaca de los peces cebra no se podrá generar un corazón en un laboratorio, pero puede que estemos un paso más cerca de reparar las zonas muertas de los corazones infartados.

Autora: Carolina Llorente

Bibliografía

  1. Animales que pueden regenerar sus extremidades perdidas. (2015) National Geographic.
  2. L’home de carn (2015) El Mundo
  3. Pez Cebra. Una cebra en el agua (2015)
  4. ¿Cómo regeneran el corazón los peces cebra? (2010) Agencia SINC