Montse López tiene 28 años, estudió Química en la Universidad de Alicante y actualmente trabaja en el IBEC estudiando proteínas de transferencia de electrones involucradas en la fotosíntesis y en la respiración celular.
Carolina Llorente: ¿Cómo decidiste estudiar Química?
Montse López: La verdad es que no era una cosa que tuviera muy clara. En el instituto me gustaban y se me daban bien las materias científicas pero hasta el último minuto dudaba entre estudiar ciencias o traducción e interpretación.
En bachillerato dábamos clases de química en un grupo muy pequeño. El profesor nos llevaba a dar clases al laboratorio y utilizaba muchos conceptos cotidianos para que aprendiéramos a relacionar conceptos. Yo creo que fue él quien me transmitió una motivación especial por las ciencias y sus clases las que me ayudaron a decidirme a estudiar Química.
CL: Y, ¿cómo decidiste dedicarte profesionalmente a la investigación?
ML: Cuando yo entré a estudiar química la verdad que no era demasiado consciente de la investigación como profesión, por lo que no me la había planteado, pero durante las asignaturas prácticas de la carrera, los profesores, que normalmente eran investigadores predoctorales, nos hablaron bastante de esta posibilidad. Creo que ese fue mi primer encuentro con la investigación como profesión.
Durante la carrera hice una estancia Erasmus de 6 meses en Dinamarca. Fue mi primer encuentro real con la investigación, trabaje con polímeros para hacer liberación de fármacos y creo que fue una experiencia clave para decidirme por una carrera como investigadora.
También hice un Séneca en la Universidad de Barcelona (UB), básicamente porque creía que había más salida profesional en Barcelona que en Alicante. Al acabar me matriculé en el máster de Nanociencia y Nanotecnología de la UB y vi un anuncio del IBEC donde ofrecían una plaza para trabajar en el grupo de Pau Gorostiza. Hablé con él, me gustó el proyecto y ¡aquí estoy!
CL: ¿Recuerdas alguna mala experiencia durante la carrera?
ML: Para mí el segundo año fue el más duro porque llevaba arrastrando asignaturas de primer curso que no había superado. Piensa que yo nunca había suspendido ninguna asignatura y de pronto en el primer año de carrera suspendí varias. Pensaba que era normal que me hubiese pasado el primer año, porque no estaba acostumbrada a la universidad, y que el segundo no me pasaría. Quise llevar más de las que podía, y al final me acabé agobiando bastante.
Fue realmente una época complicada en la que incluso me plantee dejar la carrera. Al final comprendí que me lo tenía que tomar de otra manera, y de hecho acabé tercero limpia.
CL: ¿Cuál dirías que es la mejor parte de la investigación?
ML: La verdad es que a mí me gusta mucho la investigación, creo que es algo muy bonito. Al principio puede parecer una profesión muy intimidante pero es algo que poco a poco te va apasionando. Te das cuenta sobre todo cuando alguien de fuera te pregunta sobre tu trabajo y reflexionas sobre los objetivos o los motivos que te impulsan a trabajar.
Obviamente la mejor parte es cuando te sale todo bien. Cuando tienes unos resultados buenos estás muy contenta y te apetece seguir trabajando mucho más, se te ocurren nuevas ideas… Como eso no pasa todos los días, creo que una de las mejores cosas es el día a día con los compañeros. Nosotros tenemos bastante buen ambiente, y como todos tus compañeros han pasado en algún momento por lo mismo que tú, es muy difícil sentirse solo.
Sin embargo, cuando no salen las cosas y sobre todo cuando no sabes el motivo puede llegar a ser muy frustrante. Requiere dedicar mucho tiempo y esfuerzo a comprender que pasa, pero si al final acabas encontrando la solución compensa mucho.
CL: Gustándote tanto tu trabajo, ¿tienes en mente seguir en la investigación cuando acabes el doctorado?
ML: En principio sí. Es cierto que la investigación es una carrera inestable y no tienes muy claro que es lo que va a pasar en un futuro. Lo que yo sí sé es que quiero seguir vinculada con la ciencia de alguna manera. Si por lo que fuera no pudiera seguir dedicándome a la investigación me podría plantear algo como la comunicación o la divulgación científica.
CL: ¿Qué aconsejarías a alguien que quiera cursar una carrera científica?
ML: Creo que lo más importante es no tener miedo a equivocarse, que la decisión de qué estudiar no es algo que vaya a marcar toda tu vida. No pasa nada si te das cuenta que aquello no te gusta, siempre estás a tiempo de cambiar de camino.
A veces cuesta compararse con gente que tiene una vocación muy clara desde muy joven, pero puedes ser un buen profesional sin haber tenido esa vocación. Poco a poco vas construyendo tu camino y descubriendo qué es lo que te gusta, y a qué quieres dedicar tu tiempo y esfuerzo.
CL: Y tu tiempo libre, ¿A qué lo dedicas?
ML: La verdad es que me gustan las cosas sencillas como ir al cine y salir con los amigos. Aquí en Barcelona dedico mucho tiempo a ir a conciertos, hay mucha oferta y es algo de lo que disfruto mucho.
También me gusta viajar y hacer escapadas los fines de semana. Tengo ganas de hacer un viaje grande, me gustaría mucho ir a Australia, ¡me parece que cuando acabe la tesis doctoral sería un buen momento!
CL: Con estas ganas y esta positividad que desprendes seguro que te va bien en todas las etapas de tu vida. Muchas gracias por colaborar en el blog del IBEC y te deseamos mucha suerte en tu última etapa de doctorado y, sobre todo, que disfrutes del viaje a Australia.