Durante los 100 años después de la llegada de Colón al Nuevo Mundo fallecieron más indígenas de los que nacieron. Los estudios actuales parecen señalar que no fueron tanto las armas las que marcaron la diferencia, sino las enfermedades infecciosas traídas por los conquistadores españoles.
La viruela, el sarampión, la peste bubónica, la difteria, el tifus, la escarlatina, la varicela, la fiebre amarilla… todas ellas eran enfermedades con las que los indígenas nunca habían tenido contacto y que, por lo tanto, no habían tenido posibilidad de desarrollar inmunidad contra ellas.
Pero, ¿qué queremos decir cuando hablamos de desarrollar inmunidad? La respuesta inmunitaria es la forma en la que el cuerpo reconoce y se defiende contra bacterias, virus y todas esas sustancias que le parecen extrañas y dañinas. El responsable de controlar esta respuesta es el sistema inmune y lo hace mediante varias estrategias.