Detrás de cada cigarrillo consumido se esconden unas alarmantes estadísticas, que predicen que hasta un 20% de los fumadores actuales desarrollarán una enfermedad pulmonar obstructiva crónica – EPOC – a lo largo de su vida. La EPOC comprende una amalgama de enfermedades pulmonares progresivas y, de momento, incurables. Los síntomas evolucionan con el tiempo, siendo en un primer estadio relativamente leves – aparición de tos acompañada de mucosidad, dificultad para dormir o cansancio. Muchas veces las personas que sufren EPOC asocian estos incipientes síntomas a la edad, con lo cual la enfermedad avanza pasando inadvertida, llegando a causar insuficiencia respiratoria severa de forma irreversible.
El intercambio insuficiente de aire en los pulmones de los enfermos de EPOC provoca que estos contraigan infecciones de pulmón, como por ejemplo neumonía. En particular, el Streptococcus pneumonia y también el Haemophilus influenzae son los dos tipos de microorganismos causantes de neumonía bacteriana que más a menudo se encuentra en los pulmones de enfermos de EPOC. La mejor forma de combatir la neumonía por parte de este colectivo es la prevención, protegiéndose contra la bacteria por medio de su va-cuna. Por supuesto, evitar el tabaquismo, hacer ejercicio y cuidar la alimentación también pueden mejorar la calidad de vida de los enfermos de EPOC y, correspondientemente, disminuir el riesgo de contraer una infección bacteriana.