¿Por qué es tan revolucionaria la técnica de CRISPR/Cas9?

Las técnicas de edición del genoma son utilizadas de forma habitual en los laboratorios de todo el mundo hace décadas. CRISPR/Cas9 es la nueva técnica de edición genética, nacida casi por casualidad en el proceso de ensayo y error de un grupo de investigadores. Pero, ¿por qué todo el mundo habla de esta técnica? ¿qué tiene CRISPR/Cas9 que la hace tan revolucionaria?

Hasta la eclosión de esta tecnología, el material genético de otros organismos menos complejos que los mamíferos, como las levaduras o la mosca de la fruta, nos ha resultado mucho más fácil de manipular. Por ejemplo, podemos introducir o eliminar fragmentos de ADN en cualquier parte de su genoma y estudiar las consecuencias rápidamente, sin mucho coste ni demasiadas consideraciones morales. Por razones como esta los hemos llamado durante mucho tiempo organismos “modelo”, ya que nos han servido para entender el funcionamiento de procesos biológicos que nos ocurren a casi todos los seres vivos.

Una de las causas de la dificultad histórica para “jugar” de la misma manera con nuestro material genético, el humano, es la gran capacidad de nuestras células para evitar y reparar daños genéticos: ¡pues esto es precisamente lo que explota la técnica CRISPR/Cas9!

¿Dónde está la consciencia?

Cuando Christopher Nolan rescató “Westworld” – la película de Michael Crichton de los 70 – y lo convirtió en una serie de éxito, nos mostró unos androides que podrían ser confundidos con los seres humanos.

Aunque los robots de la serie de Nolan aún quedan lejos en el horizonte tecnológico, los androides humanoides son ya una realidad en investigación, así como la idea de crear consciencias basadas en inteligencia artificial.

Bacterias: cuando la unión hace la fuerza

Puede que los 4 μm de un germen como la bacteria pseudomonas aeruginosa no resulten amenazantes a primera vista. Nuestro sistema inmune fulmina y aniquila todo tipo de elementos ajenos, como las bacterias invasoras, armado con diversos tipos de células inmunes, como los neutrófilos  y  los macrófagos. Frente a los 30 μm de un macrófago, una bacteria podría parecer insignificante. Sin embargo, una simple bacteria puede acabar resultando letal.

 

La fuerza de las bacterias recae en su comportamiento social. Además de proliferar incluso bajo condiciones adversas, las bacterias segregan moléculas pegajosas que les permiten aglutinarse formando una masa pastosa, llamada biopelícula. Aunque nuestro sistema inmune es muy eficiente enviando centinelas a aniquilar a las bacterias circulantes, o esporádicas, no lo es tanto cuando se trata de combatir las biopelículas de bacterias. Inmersas en capas de exopolisacáridos, las bacterias se esconden del radar del sistema inmune y consiguen un doble objetivo: esquivar el sistema inmunitario y proliferar en un entorno diseñado – por ellas – a su medida.

Frances Kelsey, la mujer que salvó a una generación de la talidomida

El pasado 24 de julio se cumplieron 104 años del nacimiento de la doctora Frances K. Oldham Kelsey. Si nunca has oído hablar de ella, sigue leyendo, porque es una de esas personas que nos han dado mucho y no han recibido el reconocimiento que se merecen.

Frances Kelsey nació en Canadá, donde se graduó y obtuvo un máster en farmacología. Posteriormente cursó su doctorado en la Universidad de Chicago. En una época en la que pocas mujeres eran admitidas para obtener educación superior, su carta de aceptación en la Universidad de Chicago iba dirigida a “Mr. Oldham”, lo que no impidió su aceptación y que destacase entre una mayoría de varones.

Un estiu a l’IBEC

Amb l’arribada de l’estiu, l’IBEC obre les seves portes als estudiants que acaben el curs escolar i volen endinsar-se al món de la recerca de primera mà. Aquesta temporada, hem participat en diversos programes d’estades per a joves investigadors, acollint a més de 30 estudiants que han pogut veure els nostres laboratoris de la mà dels investigadors de l’IBEC.

Dins del programa Joves i ciència, els estudiants han pogut treballar amb la microscòpia d’expansió,  augmentant la mida de les cèl·lules per a una millor observació. L’efecte és semblant al que tindríem si deixéssim un osset de gominola en aigua durant un dia: s’acabaria inflant fins a triplicar el seu volum! Les responsables han estat la investigadora predoctoral Natàlia Feiner i la investigadora postdoctoral Sílvia Pujals, del grup Nanoscopy for nanomedicine. “Crec que el programa Joves i Ciencia és una gran oportunitat per els nois i noies per entendre com és el dia a dia d’un investigador”, comenta la Natàlia. “Els nois que han participat en aquest programa han demostrat una gran capacitat per entendre i dur a terme experiments  de una forma molt ràpida, demostrant que poden arribar a ser grans investigadors”, afegeix.

Leone Rossetti: “Durante el doctorado recuerdo pasar el día entre un sótano rodeado de láseres y un local de ensayo rodeado de músicos”

Una oscura sala de microscopía o un sótano destartalado pueden ser lugares perfectos para crear conocimiento, o componer una canción. Hoy reflexionamos sobre la dualidad música-ciencia con Leone Rossetti, músico e investigador postdoctoral en el grupo Integrative cell and tissue dynamics del IBEC.

Leo es doctor en física y bajista. En su última aventura musical, formó parte de la banda de Munich “Intended”, formación en la que estuvo durante 3 años y que abandonó al continuar con su carrera de investigación en Barcelona. La de Leo es una historia que parece repetirse una vez tras otra en el tiempo: desde Albert Einstein y su conocida afición por el violín, que “le ayudaba cuando pensaba en sus teorías”, pasando por el guitarrista de Queen, Brian May – también doctor en astrofísica – o el vocalista de Offspring, Bryan Keith Holland – Doctor en Biología Molecular -, son numerosos los ejemplos de científicos que también encontraron un lugar en la música. En el caso de Leo, ha sido como bajista en una banda de rock.

MECHANO·CONTROL: entendiendo las fuerzas celulares en todas las escalas

El cuerpo humano está constantemente sometido a fuerzas físicas; cuando te haces una herida, las células del tejido circundante aplican fuerzas para sanar el área dañada. De la misma manera, las células cancerosas aplican fuerzas para propagarse a otras partes del cuerpo en forma de metástasis.

Para comprender estas fuerzas mecánicas, tenemos que observarlas a muchas escalas diferentes, desde la escala de las moléculas a la de los órganos, incluso barriendo la escala de los organismos completos.

Sabemos que las fuerzas están involucradas en las diferentes escalas, pero… ¿cómo contribuyen al comportamiento de los tejidos y los órganos?

Para responder esta pregunta, el proyecto MECHANO · CONTROL, en el que participan investigadores del IBEC, creará un conjunto de herramientas que permitan descubrir cómo reaccionan las células a las fuerzas en cada escala.

Donar sangre, dar vida

Antes de que acabes de leer este artículo, toda tu sangre habrá sido distribuida a lo largo y ancho de tu cuerpo sin que te des cuenta. El corazón, músculo incesante, bombea los 5 litros de sangre de un individuo medio en menos de un minuto de tiempo.

En caso de accidente, se puede llegar a perder entre un 10 y un 30% del total del volumen sanguíneo. Cuando esta pérdida llega al 50% la muerte es inevitable, pero en los otros casos una trasfusión de sangre puede salvar una vida. Y es que la sangre, responsable de la nutrición y defensa de nuestro organismo, no se puede fabricar y solamente se puede obtener de la donación voluntaria de una persona a otra.

Pero los usos de la sangre no acaban ahí: además de los accidentes de tráfico y las intervenciones quirúrgicas, hay otros procesos que pueden requerir una transfusión sanguínea. Es el caso de las enfermedades crónicas, o el cáncer, así como los trasplantes de órganos y tejidos.

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