El uso responsable de los antibióticos se ha convertido en los últimos tiempos en motivo de preocupación por parte de las autoridades sanitarias. Los antibióticos son substancias químicas, naturales o sintéticas, capaces de impedir el crecimiento de algunos microorganismos, y son empleados en el tratamiento de infecciones por bacteria. El problema es que debido al mal uso de los antibióticos, muchas cepas bacterianas se han vuelto resistentes a los mismos.
Esta resistencia aparece a menudo cuando un paciente no completa el tratamiento con antibiótico prescrito por el médico. Cuando la bacteria empieza a desaparecer del organismo, nos encontramos mejor y en ocasiones dejamos el tratamiento a medias. En realidad se requiere que prácticamente todos los organismos infectantes sean erradicados para evitar la aparición de resistencia. Dejando que la bacteria prolifere libremente, aumentamos las posibilidades de que una pequeña población que sobreviva al tratamiento le transmita a las demás bacterias el plásmido que codifica su resistencia, lo cual es posible por transferencia horizontal y no solo a su descendencia.
También el uso extendido de antibióticos de amplio espectro, que atacan indiscriminadamente a las bacterias patológicas y las naturales, acelera en gran medida el desarrollo de resistencia, así como la prescripción innecesaria de antibióticos ante afecciones de tipo vírico – que suman 1 de cada 4 casos en los que se prescriben antibióticos contra infecciones del tracto respiratorio. En este aspecto, se está trabajando en nuevos dispositivos que permitan diagnosticar de forma rápida y precisa el patógeno que está infectando al huésped, de forma que se puedan recetar antibióticos más específicos y solo cuando haya presencia de bacteria. Investigadores del grupo Bioelectronics and Nanobioengineering Research Group (SIC-BIO) de la Universidad de Barcelona en colaboración con investigadores del grupo Nanobioengineering del IBEC han desarrollado un compacto dispositivo microfluídico en-chip que podría ser clave como método de bajo coste en la detección de bacteria en los centros de salud.
Además de su uso en la prescripción médica, de manera habitual se incluyen diversos antibióticos en la dieta de animales de granja sanos porque previenen enfermedades y aceleran el crecimiento. En los países europeos analizados por la Agencia Europea de Medicamentos, se ha cuantificado que cada animal consume en promedio 121 miligramos de antibiótico por cada kilo de carne producido. En España la cifra roza los alarmantes 419 miligramos por kilo de carne producido. En los Estados Unidos se estima que más de un 70% de los antibióticos usados se dan con los alimentos animales.
La aparición de las superbacterias, bacterias resistentes a una amplia amalgama de antibióticos, es una realidad que no podemos seguir obviando. En el día europeo para el uso prudente de los antibióticos nos unimos a las recomendaciones de la OMS para evitar que los antibióticos dejen de ser efectivos en el tratamiento de miles de enfermedades.
Infográfico sobre resistencia bacteriana (2014) European Centre for Disease Pevention and Control
Resistencia a a los antibióticos (2016) Organización Mundial de la Salud
Antibiótico (2016) Wikipedia
El abuso de antibióticos en animales amenaza a millones de personas (2016) El País
Sales of veterinary antimicrobial agents in 29 European countries in 2014 (2014) European Medicines Agency
Combined Dielectrophoresis and Impedance Systems for Bacteria Analysis in Microfluidic On-Chip Platforms (2016) Sensors 2016, 16(9), 1514; doi:10.3390/s16091514