El ratón es uno de los animales más respetados en el mundo de la ciencia y es que mucho de lo que se sabe hoy en día proviene de estudios con ratones de laboratorio. Este animal es reconocido como el sistema mamífero experimental ideal. Por este motivo los investigadores del Instituto de Citología y Genética (Novosibirsk, Rusia) le rinden un homenaje a estos animales, a través de una escultura con un ratón tejiendo una cadena de ADN.
Los científicos denominan como organismo modelo a aquellos animales especialmente aptos para la investigación y que permiten trasladar sus resultados a otra especie. Actualmente, sólo en la Unión Europea, se utilizan cada año millones de ratones en investigación. Pero el ratón no es, ni de lejos, el más utilizado. Este papel lo ocupa una mosca, la Drosophila melanogaster, en este insecto se pueden reproducir o simular hasta el 60% de las enfermedades que padecemos los humanos.
Los ratones reúnen una serie de características básicas que los hacen ideales como modelo experimental: son pequeños, manejables, tranquilos, poco agresivos y su período de gestación es de sólo 20 días. Si bien su aspecto exterior es totalmente distinto al de los humanos, las similitudes genéticas son asombrosas. El genoma de un ratón tiene más del 95% de coincidencia con el del humano.
Generalmente los experimentos se hacen con la especie Mus musculus, o ratón común y se llevan practicando desde hace muchos siglos. En 1628 Willian Harvey los utilizó para avanzar en el conocimiento de la circulación de la sangre y en 1876 fueron objeto de los estudios de Robert Koch para ahondar en la teoría microbiana de la enfermedad.
Por otro lado, las nuevas técnicas de ingeniería genética han hecho el resto, ya que gracias a ellas es posible provocarles numerosas dolencias similares a las nuestras. Actualmente con este animal de laboratorio se estudian los genes que tienen que ver con el metabolismo, funciones neuronales, así como diabetes, Alzheimer u otras enfermedades.
Para poder estudiar estas enfermedades se crean ratones transgénicos, manipulados en una fase embrionaria. Los animales transgénicos son aquellos que imitan algunos aspectos de las enfermedades humanas.
Es un poco parecido a la técnica de fertilización in vitro que se utiliza en humanos. La diferencia es que esta fertilización se hace con tres padres y la cría resultante nace con alguna mutación y acaba desencadenando la enfermedad que vamos a estudiar.
En los últimos tiempos, se han comenzado a plantear las implicaciones éticas del uso de modelos animales. En investigación se intentan refinar todos los procesos para minimizar el sufrimiento de los ratones. Si se puede anestesiar al ratón se hace, se intenta reducir el estrés al máximo y siempre que exista un método alternativo como el uso de cultivos, los órganos en un chip o la simulación computacional, tanto legal como éticamente hay que utilizar ese otro método.
Pero no siempre es posible utilizar los métodos alternativos. Para según qué tipo de investigaciones es necesario comprender qué ocurre en un organismo completo. Por ello, la legislación vigente es muy estricta. Actualmente hay cinco convenios básicos referentes al bienestar animal, incluido el Convenio europeo para la protección de animales vertebrados y otros propósitos científicos, denominado Convenio 123.
La evolución de la experimentación y, sobre todo, los mayores conocimientos que se tienen hoy en día acerca de las necesidades de los animales utilizados en experimentación han puesto de manifiesto la necesidad de modificar diferentes aspectos. Por ejemplo, todos los que se refieren al alojamiento y manejo de estos animales. Desde la Unión Europea se han puesto en marcha una serie de directrices para el alojamiento y cuidado de los animales destinados a fines científicos. Por supuesto estas directrices se desarrollan con condiciones adicionales para las especies que se utilizan con mayor frecuencia. Además, cada vez que un grupo investigador pide un proyecto debe adjuntar un anexo aportando una justificación científica acerca del uso y la cantidad de animales necesarios para llevar a cabo su investigación.
A nivel estatal existen también regulaciones propias. El Real Decreto 1201/2005 regula, entre otros aspectos, las condiciones en que se pueden utilizar animales de experimentación, el registro de establecimientos de cría, suministradores y usuarios de animales de experimentación,los requisitos de las instalaciones y equipos de los mismos, tanto humanos, con especial hincapié en cual debe ser su formación, como materiales. Además también establece la creación de Comités éticos de bienestar animal en los centros estatales.
A finales de los años 50, la preocupación por la utilización de animales en experimentación y otros fines científicos se plasmó en el ‘principio de las tres erres’, que actualmente constituye la base de los métodos alternativos en experimentación animal. Estas tres erres son:
En el IBEC, como en todos los centros de investigación responsables, se tiene en cuenta este principio así como toda la legislación vigente para aunar la investigación y el desarrollo con la ética.
Autora: Carolina Llorente
Macho. M. (2013) Un monumento a las ratas de laboratorio. Zientza Teknologia fakultateko Bloga.
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Red Española para el Desarrollo de Métodos Alternativos en la Experimentación Alternativos a la Experimentación Animal, (2015) Las tres erres
Torres, G. y Pianzola, N. (2014) ¿En qué se parecen los ratones y los humanos? BBC Mundo Ciencia