Cuando observamos a la naturaleza vemos que es capaz de hacer cosas fascinantes. Una de las posibilidades quizá más increíbles sea la de regenerar tejido dañado.
Algunos animales como las estrellas de mar son capaces de regenerar partes de su cuerpo, de igual manera que lo hacen las lagartijas con la cola. O lo que es más increíble, algunas especies como las salamandras o los tritones pueden, además, llegar a regenerar el cerebro o la médula espinal.
Esta capacidad de regeneración también existe en los humanos y, aunque a veces no le demos la menor importancia, nosotros somos capaces de regenerar nuestros huesos cuando sufrimos una fractura o nuestra piel cuando hemos sufrido una herida.
¿Os imagináis que fuéramos capaces de regenerar el corazón?
La capacidad de regenerar este órgano tan complejo la tienen, por ejemplo, los peces cebra, unos animales que podemos encontrar en muchos acuarios y que sirven actualmente de modelo a muchos científicos. Estos pequeños peces de agua dulce son capaces de regenerar hasta un 20% de su corazón dañado.
Actualmente, hay diferentes vías de investigación abiertas en este campo. Se están llevando a cabo muchas investigaciones en torno a qué factores intervienen en estas capacidades de regeneración que presentan algunos animales y en si existiría la posibilidad de activar esta capacidad en los humanos.
Se sabe, por ejemplo, que los ratones tienen la capacidad de regenerar el corazón durante su primera semana de vida, pero que esta desaparece pasados los 7 días de su nacimiento. Esto daría pie a pensar que, cuanto más joven es el individuo, más capacidad regenerativa tiene.
Una de las líneas de investigación actuales pretende activar esta capacidad regenerativa perdida o mermada por el paso de los años a través de la ingeniería de tejidos. El desarrollo de nuevos materiales en el laboratorio que sean capaces de ayudar a nuestro cuerpo a regenerarse juega un papel clave en este tipo de terapias. Estos materiales deben ser biocompatibles, es decir, tienen que poder convivir dentro de nuestro organismo sin causar el rechazo de nuestros sistemas de defensa y deben servir de soporte a las células para poder crear el nuevo tejido.
En el IBEC estamos trabajando en el desarrollo de estos nuevos materiales, creando las llamadas matrices de soporte, unas estructuras que consiguen crear un ambiente adecuado para el crecimiento celular. Dichas matrices se diseñarán siguiendo una estructura concreta en función del tipo celular que queramos añadir ya que no todas las células crecen sobre superficies similares y nuestro trabajo consiste en poder imitar la estructura del tejido que queremos regenerar.
Esta investigación nos abre una puerta alternativa a los trasplantes de órganos ya que, si conseguimos desarrollar este tipo de terapias, la auto-reparación de los órganos podría convertirse una realidad.
Elena Garreta, Lorena de Oñate, M. Eugenia Fernández-Santos, Roger Oria, Carolina Tarantino, Andreu M. Climent, Andrés Marco, Mireia Samitier, Elena Martínez, Maria Valls-Margarit, Rafael Matesanz, Doris A. Taylor, Francisco Fernández-Avilés, Juan Carlos Izpisua Belmonte & Nuria Montserrat (2016). Myocardial commitment from human pluripotent stem cells: Rapid production of human heart grafts. Biomaterials, 98, 64-78
El joc de la regeneració (2010) Instituto de Bioingeniería de Cataluña