Posted by on 10/03/2016

Modelo de riñón. Fotografía de Green Flames con licencia Creative Commons

Modelo de riñón. Fotografía de Green Flames con licencia Creative Commons

Cuando nuestros riñones se dañan hasta el punto de no poder filtrar la sangre ya no es posible volver a ponerlos en marcha. Desde hace tiempo disponemos de tratamientos como la diálisis y los trasplantes que restablecen la función de estos órganos pero aún no contamos con terapias de reconstrucción.

La investigación en medicina regenerativa ya ofrece avances prometedores en este campo. El primer paso es estudiar los procesos de reparación naturales que tienen lugar en otras especies. Por ejemplo, los peces cuentan con mecanismos naturales de regeneración renal de los que carecemos los humanos. La mejora del conocimiento de los mecanismos de reparación renal ha llevado a intentar esclarecer si la inyección de células en un riñón gravemente deteriorado podría ayudar a reparar y regenerar el tejido lesionado, estimulando y acelerando el proceso curativo natural.

Una forma prometedora de tratar riñones enfermos o dañados la tenemos en terapias celulares que incluyen el trasplante de células precursoras renales, que después pueden convertirse en las células necesarias para una recuperación completa. Sin embargo, conseguir un número suficiente de células precursoras ha sido difícil históricamente.

Por eso los científicos han puesto muchas de sus esperanzas en las células madre pluripotentes inducidas (iPSCs, por sus siglas en inglés), que se pueden hacer proliferar mucho y después provocar que se diferencien en forma de precursoras. Estas células se generan reprogramando células especializadas de cualquier zona del cuerpo y se comportan como si fueran células madre embrionarias. Tienen la habilidad de convertirse en cualquier tipo celular o tejido presente en el cuerpo.

Recientemente, se han utilizado células iPSCs para producir células renales en un estadio muy temprano del desarrollo. Estas células se parecen a las células encontradas en el embrión, las que darán lugar al riñón durante el desarrollo del feto. No obstante, es necesario realizar muchas investigaciones  antes de que las iPSCs puedan ser usadas en pacientes.

También está bajo investigación enfoque alternativo al trasplante de riñón que podría ayudar a pacientes con enfermedades renales. Se trata del uso de andamios orgánicos para producir órganos enteros trasplantables. Los andamios orgánicos son órganos a los que se les han retirado todas las células. La estructura que queda se conoce como matriz extracelular y es la parte del órgano que crea su forma.

Se pueden sembrar células del paciente a tratar y cultivarlas para que crezcan recubriendo el andamio. Al usar las células del propio paciente todas las complicaciones debidas al rechazo inmune son reducidas drásticamente.

El reto actual presente en este enfoque es la identificación y la obtención de los tipos celulares adecuados para sembrar en el andamio orgánico, especialmente en órganos con estructuras complejas hechas de muchos tipos celulares distintos. Las células iPSCs  podrían ser candidatas útiles para la siembre de andamios orgánicos.

Cada segundo jueves de marzo se celebra el Día Mundial del Riñón para levantar conciencia sobre las enfermedades renales y resaltar la necesidad urgente de actuar para prevenir y tratar esta condición de salud. La Campaña global ha sido conjuntamente organizada por la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN) y la Federación Internacional de Fundaciones Renales (IFKF) desde 2006.

Autora: Carolina Llorente

Bibliografía

EuroStemcells (2013) Enfermedades renales: cómo pueden ayudar las células madre?

Noticias de la ciencia y la tecnología (2015) Regenerar riñones mediante células madre pluripotentes inducidas

Sánchez-Monge, M. (2010) Regeneración renal como alternativa a la diálisis y el trasplante. El Mundo