Posted by on 27/10/2017

Betsabé con la carta de David, pintura de Rembrandt , via Wikimedia Commons

Hace más de 300 años, en 1654 para ser exactos, Rembrandt van Rijn pintó su famosa Betsabé, que representa a la esposa del rey David desnuda en su baño. Además de ser una de las obras más representativas de Rembrandt, uno de los pintores más famosos y prolíficos de la pintura holandesa del siglo XVII, esta pintura se considera un icono para el cáncer de mama desde la década de 1980. Y es que en la obra, expuesta en el Museo del Louvre,  se pueden apreciar algunas huellas habituales en el cáncer de mama, como las tumoraciones en la axila de la protagonista.

La pintura de Betsabé representa una escena bíblica en la que Betsabé recibe la carta con la invitación del Rey David para ir a palacio. Betsabé estaba casada con Urías, pero en realidad se había enamorado de David. Para poder estar junto a ella, David envió a Urías al frente, asegurándole un trágico final. Pese a saber que su marido nunca volvería, Betsabé se muestra preocupada y pensativa en la pintura.

Más allá de la trágica historia, llaman la atención los signos del cáncer de mama que aparentemente sufrió la modelo del artista en este cuadro, la holandesa Hendrickje Stoffels – que era su pareja por aquel entonces. En su representación de Betsabé, Rembrandt captó las tumoraciones en la axila izquierda y la invaginación en la piel de la mama de la modelo, signos habituales en este tipo de cáncer.

 

Pero Betsabé no fue la única enferma de cáncer de mama de la historia del arte pictórico: podemos encontrar signos de esta patología en otros cuadros de la época, como la Fornarina, de Rafael, o las Tres Gracias de Rubens. Esta interpretación de las pinturas renacentistas y posteriores nos deja entrever que el cáncer de mama es un mal antiguo, y que empezó a presentarse con cierta asiduidad hace 500 años, según diversas evidencias.

 

A día de hoy,  el cáncer de mama es el cáncer más frecuente en las mujeres tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo, según la OMS. Una de las estrategias de detección precoz más recomendadas es la exploración visual y palpación de las mamas, pues es de sobras conocido que el tejido tumoral es más rígido que el tejido mamario circundante.

En el IBEC, el grupo de Pere Roca-Cusachs ha publicado recientemente un artículo en la revista Cell, donde explica cómo las células cancerosas, al encontrarse en el epicentro del tumor, reaccionan activando genes que aun promueven más su proliferación y supervivencia. De algún modo, la rigidez del tumor tiene un papel en la proliferación del cáncer y la metástasis. El mecanismo genético lo controlan los poros del núcleo celular, que responden a la rigidez del tejido circundante abriéndose y permitiendo la entrada de la molécula YAP, un famoso oncogén. Para saber más sobre el descubrimiento de nuestros investigadores pulsa aquí.

 

 

Bibliografía

“Betsabé con la carta de David”; Wikipedia

SURGICAL HISTORY: DID REMBRANDT’S BATHSHEBAREALLY HAVE BREAST CANCER? R. G. BOURNE (2000); Aust. N.Z. J. Surg. (2000) 70, 231–232

Presuntas evidencias muestran prevalencia de cáncer de mama desde el Renacimiento (2016)

“Rubens, Rembrandt y Rafael pintaron cáncer de mama sin saberlo” Gaceta Médica (2015)

Rafael retrató el tumor de su amante; El Mundo, Salud (2003)

Cáncer de mama en los cuadros de Rubens y Rembrandt (2001) MEDICINA CLÍNICA. VOL. 116. NÚM. 10. 2001

Cáncer de mama: prevención y control; OMS (2017)

 

Autora: Pilar Rodríguez-Franco